Me gusta respirar estaciones y recordar de cuando en cuando
cómo fueron las primeras, las pasadas… Abrir el álbum de fotos, ese regalo que
relleno con todos los recuerdos que se puedan pegar en una hoja, con lo que
pueda dibujar, con anotaciones, con versos.
Así que hoy pienso en aquel día que me subí los calcetines y
aseguré las botas para saltar a esa nube en la que vivo. La poesía cuando
llega, llega y penetra como la luz de la mañana se cuela entre las cortinas y
te calienta la piel y el alma sin pedírselo… y vivir en una poesía es romántico, intenso y extraordinario, así que quiero seguir navegando en mi nube, con el viento en popa y esquivando
la botavara en cada giro, en cada soplo de cielo. Ondea la bandera blanca pero escondida siempre llevo la pirata,
porque para mi primavera siempre seré un canalla. Así que cuando llega la estación
de las flores izo la bandera negra con la calavera y desciendo hasta los
rincones de la primavera donde la vida fluye y las flores crecen a la espera de
que descargue parte de mi nube a golpe de timón...
Me gusta viajar por este cielo de estaciones.