Pocas veces valoro de manera objetiva las cosas que digo a los niños,… de cuando en cuando la vida me da una lección de humildad que no acostumbro a recibir y me genera remordimientos de difícil digestión; mi falta de tacto, de paciencia y de observación son ahora parte de mis pensamientos.
Aunque la personita a la que me refiero no entendería nada de lo que hablo me ofrezco en penitencia y espero poder compensarla con mil cuentos sobre las "telas de la superpaz", mil paseos por la playa y mil fotografías juntos...

A Carolina porque siempre que uso "la tela de la superpaz" se cruza en mis sueños.